Forn Ca’n Guasp
Cuando Joan Guasp Sardà se casó decidió montar, junto con su mujer, Maria Pons Vidal, un horno y confitería que se inauguró el 25 de noviembre de 1929. Destacaba por la elaboración de sus productos de manera totalmente artesanal en un horno de tipo moruno, único de estas características en Mallorca.
Pronto la tienda se convirtió en todo un referente en el pueblo puesto que, además de elaborar productos mallorquines como ensaimadas y panades, hacían otros de muy diferentes, como por ejemplo chocolates, caramelos, peladillas y mantecadas.
Pedro Guasp Pons siguió los pasos de sus padres y, cuando se casó con Maria Noguera, continuaron todos juntos con el negocio durante 42 años.
Durante todo este tiempo, Can Guasp ha sido reconocido por sus productos, como la ensaimada trenada o la ensaimada trenada enturullada de coco, cabello de ángel, chocolate y avellana; los coixinets, un dulce de cabello de ángel y crema; o la llengua de gat que se realizaba con auténtico hojaldre francés. Incluso, por Pascua, han llegado a elaborar 2.800 rubiols y 3.000 panades al día, la de sepia entre las más conocidas.
Actualmente continúa con el negocio Dario Giuliano, maestro artesano argentino que sigue la tradición de Can Guasp elaborando los mismos productos locales de manera artesanal y sumando otras especialidades típicas de Argentina.
El local todavía conserva el escaparate y las vitrinas originales de su apertura en 1929. Así mismo, tanto el techo decorado como el suelo son también de la época.